Pese a la mella que ha dejado lo vivido desde 2020 en el mercado, el sector tecnológico parece haber salido reforzado. Hasta el punto que la contratación ha ido en aumento y cada vez hay más organizaciones que buscan incorporar a profesionales con perfil TIC.
El trabajo en remoto, la versatilidad de esta profesión, la transformación digital de las empresas… Todo esto ha beneficiado el buen momento que vive este sector. De hecho, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el empleo en tecnología crece un 18% desde el año 2020 y lidera las previsiones de contratación los próximos meses, con más del 50%.
El salario de un profesional TIC junior en España ronda los 25.000€ brutos al año, pudiendo alcanzar los 33.000€ brutos tras 3-5 años de trabajo y los 55.000€ brutos a los 5-8 años. Es una buena proyección, sobre todo en comparación con otros sectores. Sin embargo, las entidades se encuentran con problemas para encontrar talento. La falta de trabajadores cualificados o la preocupación por la actualización de los profesionales son algunas de las inquietudes que se plantean.
Las perfiles más buscados
La consultora Randstad Technologies publicó un estudio recientemente en el que analizaba las preferencias en cuanto a la búsqueda de talento TIC en España para este año. Entre los perfiles más destacados:
- Experto en ciberseguridad: protege los datos de las organizaciones y sabe hacer frente y dar respuesta a los incidentes de seguridad de la información.
- Analista de datos: recopila, filtra e interpreta bases de datos para ayudar a que las entidades tomen decisiones.
- Desarrollador Devops: mejora la rapidez en las implementaciones, configuraciones y pruebas con más eficiencia, ya que automatiza varios procesos que normalmente son manuales.
- Arquitecto y administrador en Cloud Computing: la transformación digital de las organizaciones ha acrecentado la necesidad de este tipo de profesionales.
- Desarrollador full –stack: profesional versátil que desarrolla tanto en front-end como en back-end, con elevados conocimientos técnicos en una tecnología específica.
El informe también revisa las habilidades blandas (o soft skill) necesarias. La capacidad de adaptación, la flexibilidad, la agilidad y la eficiencia en modelos colaborativos, son las más demandadas. En cuanto a conocimientos adicionales, destacan: la comunicación fluida, la capacidad de negociación y el inglés.