Recientemente se celebró Shanghái la primera Conferencia Mundial de Inteligencia Artificial (IA). Allí quedó claro que el futuro pertenece a la IA, puesto que ya mismo está cambiando el orden socioeconómico. “Puede beneficiar al ser humano y convertirse en un nuevo motor económico”, en palabras del Presidente de China, Xi Jinping.
Tranvías sin conductor, herramientas gratuitas para identificar material de abuso infantil, traductores simultáneos, apoyo en el tratamiento y diagnóstico de enfermedades… Todo esto es posible gracias a la Inteligencia Artificial. Se nos abren nuevos canales y oportunidades que no podemos dejar pasar ni como profesionales de la tecnología ni como Sociedad.
Los campos de actuación de la IA
Los investigadores consideran que esta va a ser una revolución global. Se prevé un aumento de la eficiencia y de la productividad que supondrá que el PIB mundial triplique la cifra actual. Eso sí, debemos alejarnos de la idea de que la IA simule la inteligencia humana: un robot es más potente tanto en cuanto no imita al humano, sino que se centra en una función concreta. En este sentido, “Science” publicó recientemente un estudio en el que se concluía que la IA puede tener efectos positivos sobre el estudiante si se utiliza para ámbitos concretos (corregir un dictado o aprender cálculo), no si termina sustituyendo al educador humano: “los robots pueden ser eficaces como apoyo a la enseñanza. No van a sustituir a los profesores, pero pueden ejercer de tutores personales en contextos concretos”.
La Inteligencia Artificial irrumpirá en todos los ámbitos de nuestra vida: salud, educación, trabajo… De hecho, hay estudios que admiten que se destruirán empleos y, probablemente, los que se vayan a crear no tienen que ser suficientes ni adecuados para quienes los pierdan. La BBC y la Universidad de Oxford llegaron a crear un listado de los empleos con menos perspectivas de futuro: asesor financiero, vendedor telefónico, agente de seguros…
Sin embargo, hay otros informes que afirman lo contrario: con medidas proactivas y educación, la IA puede crear más empleos de los que destruye. Sólo se verían afectados aquellos trabajos más repetitivos, peligrosos o de peor calidad.
Por esto y mucho más es necesaria una regulación gubernamental, quizás internacional, que evite que la IA ensanche la brecha de las desigualdades.
El empleo en la IA
Mientras tanto, ¿qué podemos hacer desde las TICs? Básicamente, formar a nuestros empleados. Está claro que el presente pasa por la IA, el Business Intelligence y el Big Data, ¿por qué no prepararse para ello?
La demanda de profesionales cualificados crece y hay pocos expertos con los que contar todavía, siendo uno de los sectores con mayor inversión empresarial tanto a nivel nacional como internacional.